LEY DE ARQUÍMEDES
Es la ley física formulada por Arquímedes y
que regula el equilibrio de los cuerpos sumergidos en los líquidos. Se enuncia
generalmente de este modo: Todo
cuerpo sumergido en un líquido desaloja un volumen de éste igual al suyo y
pierde de su peso tanto como pesa el volumen líquido desalojado.
La
teoría de los cuerpos flotantes, la de los areómetros y de la determinación de
los pesos específicos se fundan en esta ley. Muchos problemas de la navegación
y todos los referentes al metacentro descansan igualmente en el principio de
Arquímedes.
El principio
de Arquímedes se demuestra experimentalmente por medio de la balanza
hidrostática. Esta balanza se diferencia de la ordinaria en que tiene un
pequeño gancho en la parte inferior de uno de los platillos del que se
suspenden dos cilindros de metal, el inferior macizo y el superior hueco, cuya
capacidad es igual al volumen exterior del cilindro macizo. Establecido el
equilibrio, colocando peso en el platillo opuesto, se sumerge el cilindro
inferior en el agua. El equilibrio se altera inmediatamente, y para
restablecerle basta llenar de agua el cilindro superior, lo cual prueba que la
pérdida de peso del otro cilindro es igual al peso del agua contenida en el
cilindro hueco, cuyo volumen es igual exactamente al del cilindro sumergido.
Por medio del principio de Arquímedes
se puede fácilmente obtener el volumen de un cuerpo que no se disuelva en el
agua. Para esto se le suspende por medio de un hilo fino de un gancho de la
balanza hidrostática, pesándole primero en el aire y después en el agua
destilada a 4º. La diferencia de peso expresa el peso del agua desalojada, y
como de este peso se deduce el volumen líquido desalojado, es evidente que
también éste será el volumen del cuerpo sumergido.
Este
principio puede igualmente aplicarse al caso en que los cuerpos se sumerjan en
los gases, y entonces puede enunciarse de este modo, que es como resulta de
aplicación más general: Todo
cuerpo sumergido en un fluido desaloja un volumen de éste igual al suyo y
pierde de su peso tanto como pesa el volumen del fluido desalojado.